Historia

La extraña historia de «Boy Jones», el niño que vivió oculto en el Palacio de Buckingham

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Retrato de Boy Jones en el Palacio de Buckingham

La seguridad en el Palacio de Buckingham durante la primera mitad del siglo XIX estuvo en entredicho durante un año cuando los tabloides ingleses sacaron a la luz la historia de Edward Jones, conocido como «Boy Jones».

La extraña historia de este adolescente de 14 años comienza aproximadamente 1838, justo un año después de que la reina Victoria tomara posesión de su cargo.

Según relata el libro del historiador Jan Bodeson, ‘The Strange Story of the Boy Jones’, a finales de 1938 ya existía el rumor en el Palacio de Buckingham sobre una sombre que se dejaba ver por las noches pero nadie había llegado a saber de quién se trataba.

Primera detención

En diciembre de ese mismo año, un guardia de seguridad mientras hacía su ronda descubrió a un pequeño niño entre las sombras. Se trataba de Edward Jones. Lo sorprendente es que pasaron horas desde que el guardia dio la voz de alarma y encontraron al pequeño intruso.

Esa noche lo interrogaron y descubrieron que no se trataba de la primera vez que «Boy Jones» había estado en el Palacio de Buckingham. La sorpresa fue mayúscula cuando desnudaron al niño, manchado de betún, y descubrieron que llevaba puestas varios pares de bragas de la reina.

Poco después descubrieron que también había robado un retrato, una carta personal y unos pijamas, todos de la reina Victoria, que esa noche se encontraba en Windsor.

El chico confesó que llevaba tiempo allí. Por la mañana se escondía y por las noches paseaba por el palacio como si fuera suyo.

En repetidas ocasiones

Esta incursión solo sería la primera de muchas. Según el historiador, «Boy Jones» pudo haber pasado hasta un año viviendo en el Palacio de Buckingham sin que nadie se diera cuenta de su presencia.

Después de varias incursiones y detenciones más, un año después de su primera detención, Jones sería sorprendido bajo el sofá de la reina cuando ella tuvo a su primer hijo.

Fue descubierto por la institutriz de la reina en el sofá de la habitación de al lado. Era 1840.

La última vez que se coló en Palacio, Jones estaba sentado en el trono de la reina y volvieron a descubrir que había robado más pares de bragas de Victoria.

Deportación a Brasil

Como no existía un delito grave para lo que hacía «Boy Jones», solo pudieron mantenerlo unos meses en la cárcel. Las autoridades quisieron que Jone formara parte de la marina, pero rechazó la oferta.

Lo enviaron a Brasil, pero volvió al poco tiempo. Cuando las autoridades conocieron su vuelta lo mandaron para Australia donde, en 1893, murió borracho al caerse de un puente. 

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